Martirio de Ælfheah en Greenwich, Inglaterra.
lfheah (c.953 19 de abril de 1012), más comúnmente conocido hoy como Alphege, fue un obispo anglosajón de Winchester, más tarde arzobispo de Canterbury. Se convirtió en anacoreta antes de ser elegido abad de Bath Abbey. Su reputación de piedad y santidad lo llevó a su ascenso al episcopado y, finalmente, a convertirse en arzobispo. Ifheah fomentó el culto de Dunstan y también fomentó el aprendizaje. Fue capturado por asaltantes vikingos en 1011 durante el asedio de Canterbury y asesinado por ellos al año siguiente después de negarse a permitir que lo rescataran. Ifheah fue canonizado como santo en 1078. Thomas Becket, un posterior arzobispo de Canterbury, le rezó justo antes de su propio asesinato en la catedral de Canterbury en 1170.
Un mártir (en griego: μάρτυς, mártys, "testigo", o μαρτυρία, marturia, raíz μαρτυρ-, mártir-) es alguien que sufre persecución y muerte por defender, renunciar o negarse a renunciar o defender una creencia o causa religiosa como exigido por una parte externa. En la narrativa del martirio de la comunidad que recuerda, esta negativa a cumplir con las demandas presentadas resulta en el castigo o ejecución de un actor por parte de un presunto opresor. En consecuencia, el estatus de 'mártir' puede considerarse un título póstumo como recompensa para aquellos que son considerados dignos del concepto de martirio por los vivos, independientemente de cualquier intento del difunto de controlar cómo serán recordados de antemano. En tanto, el mártir es una figura relacional del trabajo de frontera de una sociedad que es producido por la memoria colectiva. Originalmente aplicado solo a aquellos que sufrieron por sus creencias religiosas, el término ha llegado a usarse en relación con personas asesinadas por una causa política.
La mayoría de los mártires son considerados santos o son respetados por sus seguidores, convirtiéndose en símbolos de liderazgo y heroísmo excepcionales frente a circunstancias difíciles. Los mártires juegan un papel importante en las religiones. Del mismo modo, los mártires han tenido efectos notables en la vida secular, incluidas figuras como Sócrates, entre otros ejemplos políticos y culturales.