En Viena, se publica el artículo Das Ich und das Es (El yo y el ello) de Sigmund Freud, que describe las teorías de Freud sobre el ello, el yo y el superyó.

El ello, el yo y el superyó son un conjunto de tres conceptos en la teoría psicoanalítica que describen agentes distintos que interactúan en el aparato psíquico (definido en el modelo estructural de la psique de Sigmund Freud). Los tres agentes son construcciones teóricas que describen las actividades e interacciones de la vida mental de una persona. En el modelo de psicología del ego de la psique, el id es el conjunto de deseos instintivos descoordinados; el superyó juega el papel crítico y moralizador; y el yo es el agente realista organizado que media entre los deseos instintivos del ello y el superyó crítico; Freud explicó que:

La importancia funcional del yo se manifiesta en el hecho de que, normalmente, el control sobre los enfoques de la motilidad recae sobre él. Así, en su relación con el ello, [el ego] es como un hombre a caballo, que tiene que controlar la fuerza superior del caballo; con la diferencia de que el jinete trata de hacerlo con sus propias fuerzas, mientras que el ego utiliza fuerzas prestadas. La analogía puede llevarse un poco más lejos. A menudo, un jinete, si no quiere separarse de su caballo, está obligado a guiar [al caballo] a donde quiere ir; así, del mismo modo, el yo tiene la costumbre de transformar la voluntad del ello en acción, como si fuera la suya propia.

La existencia del superyó se observa en cómo las personas pueden verse a sí mismas como culpables y malas, vergonzosas y débiles, y sentirse obligadas a hacer ciertas cosas. En El yo y el ello (1923), Freud presenta "el carácter general de aspereza y crueldad exhibido por el ideal [del yo] su dictatorial Tú debes"; así, en la psicología del yo, Freud planteó la hipótesis de diferentes niveles de desarrollo del ideal del yo o del superyó con ideales mayores:

. . . tampoco debe olvidarse que un niño tiene una estimación diferente de sus padres en diferentes períodos de su vida. En el momento en que el complejo de Edipo da lugar al superyó son algo bastante magnífico; pero luego, pierden mucho de esto. Las identificaciones también se producen con estos padres posteriores y, de hecho, regularmente hacen importantes contribuciones a la formación del carácter; pero en ese caso sólo afectan al yo, ya no influyen en el superyó, que ha sido determinado por las primeras imágenes paternas.

Cuanto más temprano en el desarrollo del niño, mayor será la estimación del poder de los padres; así, cuando el niño está en rivalidad con la imago paterna, el niño entonces siente el dictatorial Tú debes, que es el poder manifiesto que la imago representa en cuatro niveles: (i) el autoerótico, (ii) el narcisista, ( iii) el anal, y (iv) el fálico. Esos diferentes niveles de desarrollo mental, y sus relaciones con las imagos parentales, corresponden a formas específicas de agresión y afecto del ello; así los deseos agresivos y destructivos animan los mitos en las fantasías y represiones de los pacientes, en todas las culturas. En respuesta a la ambigüedad no estructurada y los usos conflictivos del término "la mente inconsciente", Freud introdujo el modelo estructurado de la psicología del ego (id, ego, super-ego) en el ensayo Más allá del principio del placer (1920) y elaboró, refinó, y formalizó ese modelo en el ensayo El yo y el ello.

El ego y el id (en alemán: Das Ich und das Es) es un destacado artículo de Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis. Es un estudio analítico de la psique humana que esboza sus teorías de la psicodinámica del ello, el yo y el superyó, que es de fundamental importancia en el desarrollo del psicoanálisis. El estudio se llevó a cabo durante años de investigación y se publicó por primera vez en la tercera semana de abril de 1923.