La nave espacial Voyager 1 toma la fotografía del planeta Tierra que luego se hizo famoso como Pale Blue Dot.

La Voyager 1 es una sonda espacial lanzada por la NASA el 5 de septiembre de 1977 como parte del programa Voyager para estudiar el Sistema Solar exterior y el espacio interestelar más allá de la heliosfera solar. Lanzado 16 días después de su gemelo, el Voyager 2, el Voyager 1 ha estado operando durante 44 años, 6 meses y 22 días a partir del 28 de marzo de 2022 UTC [actualización], y todavía se comunica con Deep Space Network para recibir comandos de rutina y transmitir datos a la Tierra. La NASA y el JPL proporcionan datos de distancia y velocidad en tiempo real. A una distancia de 155,8 AU (23,307 mil millones de km; 14,483 mil millones de millas) de la Tierra al 21 de enero de 2022, es el objeto artificial más distante de la Tierra. La sonda hizo sobrevuelos de Júpiter, Saturno y la luna más grande de Saturno, Titán. La NASA tenía la opción de hacer un sobrevuelo de Plutón o Titán y la exploración de la luna tenía prioridad porque se sabía que tenía una atmósfera sustancial. La Voyager 1 estudió el clima, los campos magnéticos y los anillos de los dos gigantes gaseosos y fue la primera sonda en proporcionar imágenes detalladas de sus lunas.

Como parte del programa Voyager y al igual que su nave hermana Voyager 2, la misión extendida de la nave espacial es localizar y estudiar las regiones y los límites de la heliosfera exterior y comenzar a explorar el medio interestelar. La Voyager 1 cruzó la heliopausa y entró en el espacio interestelar el 25 de agosto de 2012, convirtiéndose en la primera nave espacial en hacerlo. Dos años más tarde, la Voyager 1 comenzó a experimentar una tercera "ola de tsunami" de eyecciones de masa coronal del Sol que continuó al menos hasta el 15 de diciembre de 2014, lo que confirma aún más que la sonda está en el espacio interestelar. Voyager 1, el equipo de Voyager probó los propulsores de maniobra de corrección de trayectoria (TCM) de la nave espacial a fines de 2017 (la primera vez que estos propulsores se activaron desde 1980), un proyecto que permitió extender la misión de dos a tres años. Se espera que la misión extendida de la Voyager 1 continúe hasta alrededor de 2025, cuando sus generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG) ya no suministrarán suficiente energía eléctrica para operar sus instrumentos científicos.