El Pacto Nacional Escocés se firma en Edimburgo.
El Pacto Nacional (gaélico escocés: An Cùmhnant Nàiseanta) fue un acuerdo firmado por muchas personas de Escocia durante 1638, oponiéndose a las reformas propuestas de la Iglesia de Escocia (también conocida como The Kirk) por el rey Carlos I. Los esfuerzos del rey para imponer cambios sobre la iglesia en la década de 1630 provocó protestas generalizadas en toda Escocia, lo que llevó a la organización de comités para coordinar la oposición al rey. Frente a la oposición real al movimiento, sus líderes organizaron la creación del Pacto Nacional, que fue diseñado para reforzar el movimiento aprovechando el fervor patriótico y fue ampliamente adoptado en la mayor parte de Escocia.
El Pacto se opuso a los cambios en la Iglesia de Escocia y comprometió a sus signatarios a permanecer unidos en la defensa de la religión de la nación. Charles vio esto como un acto de rebelión contra su gobierno, lo que condujo a las Guerras de los Obispos, cuyo resultado le obligó a convocar un Parlamento Inglés. Este parlamento aprobó leyes que limitaban la autoridad del rey y estas disputas finalmente llevaron a la Primera Guerra Civil Inglesa.