Lucilio Vanini, médico y filósofo italiano (n. 1585)
Lucilio Vanini (1585 - 9 de febrero de 1619), quien en sus obras se autodenominó Giulio Cesare Vanini, fue un filósofo, médico y librepensador italiano, uno de los primeros representantes significativos del libertinaje intelectual. Fue uno de los primeros pensadores modernos que vieron el universo como una entidad gobernada por leyes naturales (determinismo nomológico). También fue uno de los primeros defensores alfabetizados de la evolución biológica, y sostuvo que los humanos y otros simios tienen ancestros comunes. Fue ejecutado en Toulouse.
Vanini nació en Taurisano, cerca de Lecce, y estudió filosofía y teología en Nápoles. Posteriormente, se dedicó a los estudios físicos, principalmente medicina y astronomía, que se habían puesto en boga con el Renacimiento. Al igual que Giordano Bruno, atacó la escolástica. De Nápoles pasó a Padua, donde estuvo bajo la influencia del alejandrino Pietro Pomponazzi, a quien llamó su maestro divino. Posteriormente, llevó una vida itinerante por Francia, Suiza y los Países Bajos, apoyándose dando lecciones y difundiendo ideas radicales. Se vio obligado a huir a Inglaterra en 1612 pero fue encarcelado en Londres durante 49 días. Al regresar a Italia, intentó enseñar en Génova pero fue conducido nuevamente a Francia, donde trató de librarse de sospechas publicando un libro contra ateísmo: Amphitheatrum Aeternae Providentiae Divino-Magicum (1615). Aunque las definiciones de Dios son algo panteístas, el libro cumplió su propósito inmediato. Aunque Vanini no expuso sus verdaderos puntos de vista en su primer libro, sí lo hizo en el segundo: De Admirandis Naturae Reginae Deaeque Mortalium Arcanis (París, 1616). Esto fue originalmente certificado por dos médicos de la Sorbona, pero luego fue reexaminado y condenado. Vanini luego dejó París, donde se había alojado como capellán del mariscal de Bassompierre, y comenzó a enseñar en Toulouse. En noviembre de 1618 fue arrestado y, tras un prolongado juicio, condenado a que le cortaran la lengua, a estrangularlo en la hoguera y a quemar su cuerpo hasta las cenizas. La sentencia fue ejecutada el 9 de febrero de 1619.