El primero de cuatro días de bombardeos comienza en el grupo de islas de Mindanao, en el sur de Filipinas.

Los atentados de Mindanao fueron una serie de ataques con bomba aparentemente no relacionados que tuvieron lugar el 4, 5 y 7 de julio de 2009 en las ciudades de Datu Piang y Jolo, y las ciudades de Cotabato e Iligan en Mindanao, Filipinas. Los atentados mataron a unas 7 personas e hirieron al menos a 66. Las Fuerzas Armadas de Filipinas han culpado a varias organizaciones militantes activas en Mindanao, como el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF), Abu Sayyaf y Jemaah Islamiyah.

La Iglesia Católica Romana y su líder, el Papa Benedicto XVI, condenaron el ataque inicial. Un comunicado del MILF dijo que el ataque fue perpetrado por "personas sin corazón" y pidió una investigación independiente para determinar quiénes fueron los responsables. También dijeron, "no hay conflicto religioso en el sur" y "estamos luchando por nuestro derecho a la autodeterminación". Un secretario de prensa de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo expresó su confianza en que el bombardeo no colapsaría las negociaciones de paz entre el gobierno y el MILF.

Varios miembros de la oposición dijeron que estos ataques pueden estar relacionados con un posible plan del gobierno para poner al país en estado de emergencia, en alusión a los días de la Ley Marcial bajo el expresidente Ferdinand Marcos. Otros han dicho que podrían estar preparándose para aumentar la seguridad en medio del Discurso sobre el Estado de la Nación de Arroyo, lo que podría restringir las manifestaciones y protestas. El gobierno rechazó estas afirmaciones y dijo que estaban evaluando la situación. Se incrementó la seguridad en Metro Manila, la sede del gobierno, y en otras áreas del país, particularmente en Mindanao. Mientras tanto, un día después de los incidentes, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo anunció que suspendía sus operaciones para los refugiados en el sur.