Tres mil ochocientos trabajadores siderúrgicos en huelga se involucran en una batalla de un día con los agentes de Pinkerton durante la huelga de Homestead, dejando diez muertos y docenas de heridos.

La huelga de Homestead, también conocida como huelga del acero de Homestead, masacre de Homestead o batalla de Homestead, fue un cierre patronal y una huelga que comenzó el 1 de julio de 1892 y culminó con una batalla entre huelguistas y agentes de seguridad privada el 6 de julio de 1892. La batalla fue un evento fundamental en la historia laboral de los Estados Unidos. La disputa ocurrió en Homestead Steel Works en la ciudad de Homestead, Pensilvania, en el área de Pittsburgh, entre la Asociación Amalgamada de Trabajadores del Hierro y el Acero (AA) y Carnegie Steel Company. El resultado final fue una gran derrota para el sindicato de huelguistas y un revés para sus esfuerzos por sindicalizar a los trabajadores siderúrgicos.

La acción de huelga, también llamada huelga laboral, paro laboral, o simplemente huelga, es un paro laboral, provocado por la negativa masiva de los empleados a trabajar. Por lo general, una huelga se lleva a cabo en respuesta a las quejas de los empleados. Las huelgas se hicieron comunes durante la Revolución Industrial, cuando el trabajo en masa se volvió importante en las fábricas y las minas. En la mayoría de los países, las huelgas se ilegalizaron rápidamente, ya que los propietarios de las fábricas tenían mucho más poder que los trabajadores. La mayoría de los países occidentales legalizaron parcialmente la huelga a finales del siglo XIX o principios del XX.

Las huelgas a veces se utilizan para presionar a los gobiernos para que cambien las políticas. Ocasionalmente, las huelgas desestabilizan el gobierno de un gobernante o partido político en particular; en tales casos, las huelgas son a menudo parte de un movimiento social más amplio que toma la forma de una campaña de resistencia civil. Ejemplos notables son el astillero de Gdańsk de 1980 y la huelga de advertencia de 1981, dirigida por Lech Wałęsa. Estas huelgas fueron significativas en la larga campaña de resistencia civil por el cambio político en Polonia y fueron un importante esfuerzo de movilización que contribuyó a la caída del Telón de Acero y el fin del gobierno del partido comunista en Europa del Este.