Institución de la ley sharia en Irán.

Sharia (; árabe: شريعة, romanizado: sharīʿa [ʃaˈriːʕa]) es un cuerpo de ley religiosa que forma parte de la tradición islámica. Se deriva de los preceptos religiosos del Islam y se basa en las escrituras sagradas del Islam, en particular el Corán y el Hadith. En árabe, el término sharīʿah se refiere a la ley divina inmutable de Dios y se contrasta con fiqh, que se refiere a sus interpretaciones académicas humanas. La forma de su aplicación en los tiempos modernos ha sido objeto de controversia entre musulmanes y secularistas. La teoría tradicional de la jurisprudencia islámica reconoce cuatro fuentes de la sharia: el Corán, la sunnah (hadiz auténtico), qiyas (razonamiento analógico) e ijma (consenso jurídico). ). Diferentes escuelas legales, de las cuales las más destacadas son Hanafi, Maliki, Shafiʽi y Hanbali, desarrollaron metodologías para derivar las normas de la Sharia de fuentes bíblicas mediante un proceso conocido como ijtihad. La jurisprudencia tradicional (fiqh) distingue dos ramas principales del derecho, ʿibādāt (rituales) y muʿāmalāt (relaciones sociales), que juntas comprenden una amplia gama de temas. Sus fallos tienen que ver tanto con los estándares éticos como con las normas legales, asignando acciones a una de cinco categorías: obligatorias, recomendadas, neutrales, aborrecidas y prohibidas. El Fiqh fue elaborado a lo largo de los siglos por opiniones legales (fatwas) emitidas por juristas calificados (muftis) e históricamente aplicado en los tribunales de la Sharia por jueces designados por gobernantes, complementado por varias leyes económicas, penales y administrativas emitidas por gobernantes musulmanes. En la era moderna, las leyes tradicionales en el mundo musulmán han sido ampliamente reemplazadas por estatutos inspirados en modelos europeos. Los procedimientos judiciales y la educación jurídica también se adaptaron a la práctica europea. Si bien las constituciones de la mayoría de los estados de mayoría musulmana contienen referencias a la Sharia, sus reglas se conservan en gran medida solo en el derecho de familia. Los legisladores que codificaron estas leyes buscaron modernizarlas sin abandonar sus fundamentos en la jurisprudencia tradicional. El renacimiento islámico de fines del siglo XX trajo consigo llamados de los movimientos islámicos para la implementación total de la Sharia, incluidos los castigos corporales hudud, como la lapidación. En algunos casos, esto dio como resultado una reforma legal tradicionalista, mientras que otros países fueron testigos de la reinterpretación jurídica de la sharia defendida por reformadores progresistas. En el siglo XXI, el papel de la sharia se ha convertido en un tema cada vez más controvertido en todo el mundo. La introducción de leyes basadas en la sharia se ha citado como causa de conflicto en algunos países africanos, como Nigeria y Sudán, y algunas jurisdicciones de América del Norte han aprobado prohibiciones sobre el uso de la sharia, enmarcadas como restricciones a leyes religiosas o extranjeras. Hay debates en curso sobre si la Sharia es compatible con la democracia, los derechos humanos, la libertad de pensamiento, los derechos de la mujer, los derechos LGBT y la banca. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH) dictaminó en varios casos que la sharia es "incompatible con los principios fundamentales de la democracia".