Unos 15.000 soldados cristianos hambrientos comienzan el asedio de Jerusalén marchando en una procesión religiosa alrededor de la ciudad mientras sus defensores musulmanes observan.

El asedio de Jerusalén (7 de junio - 15 de julio de 1099) fue llevado a cabo por las fuerzas europeas de la Primera Cruzada, lo que resultó en la captura de la Ciudad Santa de Jerusalén del califato musulmán fatimí y sentó las bases para el Reino cristiano de Jerusalén, que duró casi dos siglos. La captura de Jerusalén fue la última gran batalla de la primera de las Cruzadas para liberar y ocupar Tierra Santa que comenzó en 1095. Se registraron varios relatos de testigos presenciales del asedio, siendo el más citado el de la Gesta Francorum anónima. Tras la declaración del estado secular, Godofredo de Bouillon, prominente entre los líderes de las cruzadas, fue elegido gobernante, evitando el título de "rey". El asedio condujo a la matanza masiva de miles de musulmanes y judíos ya la conversión de los lugares sagrados musulmanes en el Monte del Templo en santuarios cristianos.