Después de 65 días seguidos de desobediencia civil, al menos 31 personas mueren en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los indígenas cerca de Bagua, Perú.

La crisis política peruana de 2009 resultó de la continua oposición al desarrollo petrolero en la Amazonía peruana por parte de los nativos americanos locales; protestaron contra Petroperú y confrontaron a la Policía Nacional. A la vanguardia del movimiento para resistir el desarrollo estaba la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva (AIDESEP), una coalición de organizaciones comunitarias indígenas de la región. Tras la decisión del gobierno de aprobar regulaciones que permiten el acceso de empresas a la Amazonía, los nativos llevaron a cabo más de un año de oposición declarada y de incidencia política para cambiar esta política y, a partir del 9 de abril, se inició un período de protesta y desobediencia civil. En junio de 2009, el gobierno de García suspendió las libertades civiles, declaró el estado de emergencia y envió al ejército para detener las protestas. La intervención militar, conocida como el Baguazo, resultó en dos días de sangrientos enfrentamientos, con un resultado de un total de 23 policías muertos, 10 nativos/civiles muertos y más de 150 nativos heridos. Este conflicto ha sido descrito como la peor violencia política del Perú en años y es la peor crisis de la presidencia del presidente Alan García. El primer ministro Yehude Simon se vio obligado a renunciar a su cargo después, y el Congreso derogó las leyes que dieron lugar a las protestas.