Entra en vigor la Convención sobre Armas Biológicas.

La Convención de Armas Biológicas (BWC), o Convención de Armas Biológicas y Toxínicas (BTWC), es un tratado de desarme que prohíbe de manera efectiva las armas biológicas y toxínicas al prohibir su desarrollo, producción, adquisición, transferencia, almacenamiento y uso. El nombre completo del tratado es Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción. Habiendo entrado en vigor el 26 de marzo de 1975, la BWC fue el primer tratado multilateral de desarme en prohibir la producción de toda una categoría de armas de destrucción masiva. La convención es de duración ilimitada. A partir de enero de 2022, 183 estados se han convertido en parte del tratado. Cuatro estados adicionales han firmado pero no ratificado el tratado, y otros diez estados no han firmado ni se han adherido al tratado. Se considera que la BWC ha establecido una norma global sólida contra las armas biológicas. Esta norma se refleja en el preámbulo del tratado, que establece que el uso de armas biológicas sería "repugnante a la conciencia de la humanidad". También lo demuestra el hecho de que ningún Estado hoy día declare poseer o buscar armas biológicas, o asevere que su uso en la guerra es legítimo. A la luz de los rápidos avances en biotecnología, el experto en biodefensa Daniel Gerstein ha descrito la BWC como "el tratado de control de armas más importante del siglo XXI". Sin embargo, la efectividad de la convención se ha visto limitada debido al apoyo institucional insuficiente y la ausencia de un régimen de verificación formal para monitorear el cumplimiento.