El vuelo 804 de EgyptAir se estrella en el mar Mediterráneo mientras viajaba de París a El Cairo, matando a todos a bordo.
El vuelo 804 de EgyptAir era un vuelo internacional regular de pasajeros desde el aeropuerto Charles de Gaulle de París al aeropuerto internacional de El Cairo, operado por EgyptAir. El 19 de mayo de 2016 a las 02:33 hora estándar de Egipto (UTC+2), el Airbus A320 se estrelló contra el mar Mediterráneo, matando a los 56 pasajeros, 3 miembros del personal de seguridad y 7 miembros de la tripulación a bordo.
El control de tráfico aéreo no recibió ninguna llamada de emergencia, aunque las señales de que se había detectado humo en uno de los baños de la aeronave y en la bahía de aviónica se transmitieron automáticamente a través de ACARS poco antes de que la aeronave desapareciera del radar. Las últimas comunicaciones de la aeronave antes de su inmersión fueron dos transmisiones de su transmisor localizador de emergencia que fueron recibidas por el Programa Internacional Cospas-Sarsat. La causa del desastre está bajo investigación.
Se encontraron restos de la aeronave en el mar Mediterráneo aproximadamente a 290 km (180 millas) al norte de Alejandría. Casi cuatro semanas después del accidente, se identificaron varias secciones principales de los restos en el lecho marino y se recuperaron ambos registradores de vuelo en una operación multinacional de búsqueda y recuperación. El 29 de junio, las autoridades egipcias anunciaron que los datos del registrador de datos de vuelo indicaban humo en la aeronave y que se encontraron hollín y daños por altas temperaturas en algunos de los restos de la sección delantera de la aeronave. En agosto de 2016, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean -Marc Ayrault criticó que no se hayan dado más explicaciones sobre los motivos del accidente. En diciembre de 2016, funcionarios egipcios dijeron que se encontraron rastros de explosivos en los cuerpos, pero en mayo de 2017, funcionarios franceses lo negaron. El 6 de julio de 2018, la BEA de Francia declaró que la hipótesis más probable era un incendio en la cabina que se propagó rápidamente. En junio de 2016 se inició una investigación por homicidio involuntario en Francia; en abril de 2019, un informe encargado como parte de la investigación indicó que la aeronave no estaba en condiciones de volar y nunca debería haber despegado: las tripulaciones no habían informado de defectos recurrentes, incluidas las alertas que informaban sobre posibles riesgos de incendio.