Primeras publicaciones del descubrimiento del virus VIH que causa el SIDA en la revista Science de Luc Montagnier.

Los virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) son dos especies de Lentivirus (un subgrupo de retrovirus) que infectan a los humanos. Con el tiempo, causan el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), una afección en la que la falla progresiva del sistema inmunitario permite que prosperen infecciones oportunistas y cánceres que amenazan la vida. Sin tratamiento, se estima que el tiempo promedio de supervivencia después de la infección por el VIH es de 9 a 11 años, según el subtipo del VIH. En la mayoría de los casos, el VIH es una infección de transmisión sexual y ocurre por contacto o transferencia de sangre, preeyaculación, semen y fluidos vaginales. Las investigaciones han demostrado (tanto para parejas del mismo sexo como para parejas del sexo opuesto) que el VIH no se transmite a través de relaciones sexuales sin condones si la pareja seropositiva tiene una carga viral constantemente indetectable. La transmisión no sexual puede ocurrir de una madre infectada a su bebé durante el embarazo, durante el parto por exposición a su sangre o fluido vaginal ya través de la leche materna. Dentro de estos fluidos corporales, el VIH está presente como partículas de virus libres y como virus dentro de las células inmunitarias infectadas.

El VIH infecta células vitales del sistema inmunitario humano, como las células T auxiliares (específicamente las células T CD4+), los macrófagos y las células dendríticas. La infección por VIH conduce a niveles bajos de células T CD4+ a través de una serie de mecanismos, que incluyen piroptosis de células T infectadas de forma abortiva, apoptosis de células testigo no infectadas, destrucción viral directa de células infectadas y destrucción de células T CD4+ infectadas por linfocitos citotóxicos CD8+ que reconocen células infectadas. Cuando el número de células T CD4+ desciende por debajo de un nivel crítico, se pierde la inmunidad mediada por células y el cuerpo se vuelve progresivamente más susceptible a las infecciones oportunistas, lo que lleva al desarrollo del SIDA.