Un tsunami, provocado por un terremoto en el mar Tirreno, arrasa Nápoles y la República Marítima de Amalfi, entre otros lugares.

El tsunami de 1343 azotó el mar Tirreno y la bahía de Nápoles el 25 de noviembre de 1343. Se sintieron sacudidas subterráneas en Nápoles y causaron daños significativos y pérdidas de vidas. Cabe destacar un tsunami creado por el terremoto que destruyó muchos barcos en Nápoles y destruyó muchos puertos a lo largo de la costa de Amalfi, incluido el propio Amalfi. Los efectos del maremoto fueron observados por el poeta Petrarca, cuyo barco se vio obligado a regresar a puerto, y recogidos en el quinto libro de sus Epistolae familiares. Un estudio de 2019 atribuye el evento a un deslizamiento submarino masivo (posiblemente mayor a 1 km3), causado por el colapso del flanco del volcán Stromboli.

Un tsunami ((t)soo-NAH-mee, (t)suu-; del japonés: 津波, lit. 'ola de puerto', pronunciado [t͡sɨᵝna̠mʲi]) es una serie de olas en un cuerpo de agua causada por el desplazamiento de un gran volumen de agua, generalmente en un océano o un gran lago. Los terremotos, las erupciones volcánicas y otras explosiones submarinas (incluidas detonaciones, deslizamientos de tierra, desprendimientos de glaciares, impactos de meteoritos y otras perturbaciones) por encima o por debajo del agua tienen el potencial de generar un tsunami. A diferencia de las olas oceánicas normales, que son generadas por el viento, o las mareas, que son generadas por la atracción gravitacional de la Luna y el Sol, un tsunami es generado por el desplazamiento del agua por un gran evento.

Las olas de los tsunamis no se parecen a las corrientes submarinas normales ni a las olas del mar porque su longitud de onda es mucho más larga. En lugar de aparecer como una ola rompiendo, un tsunami puede parecerse inicialmente a una marea que sube rápidamente. Por esta razón, a menudo se lo denomina maremoto, aunque la comunidad científica no favorece este uso porque podría dar la falsa impresión de una relación causal entre las mareas y los tsunamis. Los tsunamis generalmente consisten en una serie de olas, con períodos que van de minutos a horas, llegando en el llamado "tren de olas". Grandes eventos pueden generar alturas de olas de decenas de metros. Aunque el impacto de los tsunamis se limita a las zonas costeras, su poder destructivo puede ser enorme y pueden afectar cuencas oceánicas enteras. El tsunami del Océano Índico de 2004 fue uno de los desastres naturales más mortíferos en la historia de la humanidad, con al menos 230.000 personas muertas o desaparecidas en 14 países que bordean el Océano Índico.

El historiador griego antiguo Tucídides sugirió en su Historia de la guerra del Peloponeso del siglo V a. C. que los tsunamis estaban relacionados con los terremotos submarinos, pero la comprensión de los tsunamis siguió siendo escasa hasta el siglo XX y aún se desconoce mucho. Las principales áreas de investigación actual incluyen determinar por qué algunos grandes terremotos no generan tsunamis mientras que otros más pequeños sí lo hacen. Esta investigación en curso está diseñada para ayudar a pronosticar con precisión el paso de los tsunamis a través de los océanos y cómo las olas de los tsunamis interactúan con las costas.