Alberto Giacometti, escultor y pintor suizo (f. 1966)

Alberto Giacometti (también estadounidense, italiano: [alˈbɛrto dʒakoˈmetti]; 10 de octubre de 1901 - 11 de enero de 1966) fue un escultor, pintor, dibujante y grabador suizo. A partir de 1922, vivió y trabajó principalmente en París, pero visitaba regularmente su ciudad natal, Borgonovo, para ver a su familia y trabajar en su arte.

Giacometti fue uno de los escultores más importantes del siglo XX. Su trabajo estuvo particularmente influenciado por estilos artísticos como el cubismo y el surrealismo. Las preguntas filosóficas sobre la condición humana, así como los debates existenciales y fenomenológicos jugaron un papel importante en su obra. Hacia 1935 abandona sus influencias surrealistas para dedicarse a un análisis más profundo de las composiciones figurativas. Giacometti escribió textos para periódicos y catálogos de exposiciones y registró sus pensamientos y recuerdos en cuadernos y diarios. Su naturaleza crítica lo llevó a dudar de sí mismo sobre su propio trabajo y su incapacidad autopercibida para hacer justicia a su propia visión artística. Sin embargo, sus inseguridades siguieron siendo una poderosa fuerza artística motivadora durante toda su vida. Entre 1938 y 1944, las esculturas de Giacometti tenían una altura máxima de siete centímetros (2,75 pulgadas). Su pequeño tamaño reflejaba la distancia real entre la posición del artista y su modelo. En este contexto afirma autocríticamente: "Pero queriendo crear de memoria lo que había visto, para mi terror las esculturas se hacían cada vez más pequeñas". Después de la Segunda Guerra Mundial, Giacometti creó sus esculturas más famosas: sus figuras extremadamente altas y esbeltas. Estas esculturas estaban sujetas a su experiencia visual individual, entre un espacio imaginario pero real, tangible pero inaccesible. En todo el cuerpo de trabajo de Giacometti, su pintura constituye solo una pequeña parte. Sin embargo, después de 1957, sus pinturas figurativas estaban tan presentes como sus esculturas. Las pinturas casi monocromáticas de su obra tardía no remiten a ningún otro estilo artístico de la modernidad.