Expedición de Morea: La ciudad de Patras, Grecia, es liberada por la fuerza expedicionaria francesa en el Peloponeso al mando del general Maison.
La expedición de Morea (en francés: Expédition de Morée) es el nombre que recibe la intervención terrestre del Ejército francés en el Peloponeso entre 1828 y 1833, en tiempos de la Guerra de Independencia griega, con el objetivo de expulsar de la región a los otomanos. -Fuerzas de ocupación egipcias. También estuvo acompañado por una expedición científica ordenada por la Academia Francesa.
Después de la caída de Messolonghi en 1826, las potencias de Europa Occidental decidieron intervenir a favor de la Grecia revolucionaria. Su principal objetivo era obligar a Ibrahim Pasha, el aliado egipcio del Imperio Otomano, a evacuar las regiones ocupadas y el Peloponeso. La intervención comenzó cuando una flota franco-ruso-británica fue enviada a la región y ganó la Batalla de Navarino en octubre de 1827, destruyendo toda la flota turco-egipcia. En agosto de 1828, un cuerpo expedicionario francés de 15.000 hombres dirigido por el general Nicolas-Joseph Maison desembarcó en el suroeste del Peloponeso. Durante octubre, los soldados tomaron el control de los principales bastiones que aún conservan las tropas turcas. Aunque el grueso de las tropas regresó a Francia a principios de 1829 después de un despliegue de ocho meses, los franceses mantuvieron una presencia militar en la zona hasta 1833. El ejército francés, sin embargo, sufrió numerosas pérdidas humanas, principalmente debido a la fiebre y la disentería, con unos 1.500 muertos.
Como había ocurrido durante la campaña egipcia de Napoleón, cuando una Comisión de Ciencias y Artes acompañó la campaña militar, se adjuntó una comisión científica (Expédition scientifique de Morée) a las tropas francesas y se colocó bajo la supervisión de tres academias del Institut de France. Dirigidos por el naturalista y geógrafo Jean-Baptiste Bory de Saint-Vincent, diecinueve científicos de distintas especialidades en historia natural, arqueología y arquitectura-escultura realizaron el viaje a Grecia en marzo de 1829; la mayoría de ellos permaneció allí durante nueve meses. Su trabajo resultó esencial para el desarrollo continuo del nuevo Estado griego y, en términos más generales, marcó un hito importante en la historia moderna de la arqueología, la cartografía y las ciencias naturales, así como en el estudio de Grecia.