Anton Webern, compositor y director de orquesta austriaco (n. 1883)

Anton Friedrich Wilhelm von Webern (3 de diciembre de 1883 - 15 de septiembre de 1945), conocido simplemente como Anton Webern (en alemán: [ˈantoːn ˈveːbɐn] (escuchar)), fue un compositor y director de orquesta austriaco. Junto con su mentor Arnold Schoenberg y su colega Alban Berg, Webern estaba en el núcleo del círculo de la Segunda Escuela de Viena, incluidos Theodor W. Adorno, Heinrich Jalowetz y Ernst Krenek. Como exponente de la atonalidad y la técnica dodecafónica, Webern ejerció influencia en sus contemporáneos Luigi Dallapiccola, Krenek e incluso en el propio Schoenberg. Como tutor, Webern guió e influyó de diversas formas en Arnold Elston, Frederick Dorian (Friederich Deutsch), Matty Niël, Fré Focke, Karl Amadeus Hartmann, Philipp Herschkowitz, René Leibowitz, Humphrey Searle, Leopold Spinner y Stefan Wolpe.

La música de Webern se encontraba entre las más radicales de su medio, tanto por su concisión como por su aprehensión rigurosa y resuelta de la técnica dodecafónica. Sus innovaciones en la organización esquemática de tono, ritmo, registro, timbre, dinámica, articulación y contorno melódico; su afán por redefinir técnicas contrapuntísticas imitativas como el canon y la fuga; y su inclinación hacia el atematismo, la abstracción y el lirismo, todo ello muy informado y orientado a compositores europeos de intra y posguerra, típicamente seriales o vanguardistas como Olivier Messiaen, Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen, Luigi Nono, Bruno Maderna, Henri Pousseur, y György Ligeti. En Estados Unidos, mientras tanto, su música atrajo el interés de Elliott Carter, cuya ambivalencia crítica estaba marcada no obstante por cierto entusiasmo; Milton Babbitt, quien finalmente se inspiró más en la práctica dodecafónica de Schoenberg que en la de Webern; e Igor Stravinsky, a quien Robert Craft volvió a presentarlo de manera muy fructífera.

Durante y poco después del período de la posguerra, Webern fue recibido póstumamente con la atención primero desviada de su educación sociocultural y su entorno y, además, enfocada en una dirección aparentemente antitética a su participación en el romanticismo y el expresionismo alemanes. Una comprensión más rica de Webern comenzó a surgir en la segunda mitad del siglo XX, especialmente en el trabajo de los académicos Kathryn Bailey, Julian Johnson, Felix Meyer, Anne Shreffler, a medida que los archivistas y biógrafos (sobre todo Hans y Rosaleen Moldenhauer) obtuvieron acceso a bocetos, cartas, conferencias, grabaciones de audio y otros artículos pertenecientes o asociados con el patrimonio de Webern.