El asesinato de Boris Nemtsov, un político ruso opuesto al gobierno de Vladimir Putin, ocurrió en el centro de Moscú en el puente Bolshoy Moskvoretsky a las 23:31 hora local del 27 de febrero de 2015. Un asaltante desconocido disparó siete u ocho tiros con una pistola Makarov; cuatro de ellos golpearon a Boris Nemtsov en la cabeza, el corazón, el hígado y el estómago, matándolo casi instantáneamente. Murió horas después de hacer un llamado al público para que apoyara una marcha contra la guerra de Rusia en Ucrania. La socia ucraniana de Nemtsov, Anna Duritskaya, sobrevivió al ataque como su única testigo presencial. El asesinato fue recibido con condena mundial y preocupación por la situación de la oposición rusa. Las autoridades rusas también condenaron el asesinato y prometieron realizar una investigación exhaustiva.

El 8 de marzo de 2015, las autoridades rusas acusaron a Anzor Gubashev y Zaur Dadaev, ambos originarios del norte del Cáucaso, de participación en el crimen. Según las autoridades rusas, Dadaev confesó su participación en el asesinato. Sin embargo, más tarde se retractó de su declaración, extraída mediante tortura. Tres sospechosos más fueron arrestados casi al mismo tiempo y, según los medios rusos, otro sospechoso se inmoló en Grozny cuando las fuerzas policiales rusas rodearon su bloque de apartamentos.