El ataque a Lunenburg (también conocido como el saqueo de Lunenburg) ocurrió durante la Revolución Americana cuando el corsario estadounidense, el capitán Noah Stoddard de Fairhaven, Massachusetts, y otros cuatro barcos corsarios atacaron el asentamiento británico en Lunenburg, Nueva Escocia, el 1 de julio de 1782. La redada fue el último gran ataque de corsarios a una comunidad de Nueva Escocia durante la guerra.

Lunenburg fue defendida por los líderes de la milicia, el coronel John Creighton y el mayor Dettlieb Christopher Jessen. En Nueva Escocia, el asalto a Lunenburg fue la incursión más espectacular de la guerra. En la mañana del 1 de julio, Stoddard condujo aproximadamente a 170 corsarios estadounidenses en cuatro embarcaciones fuertemente armadas y superó la defensa de Lunenburg, capturando los fortines, quemando la casa de Creighton y llenando la casa de Jessen con agujeros de bala. Luego, los corsarios saquearon el asentamiento y mantuvieron a raya a la milicia con la amenaza de destruir toda la ciudad. Los corsarios estadounidenses saquearon la ciudad y tomaron tres prisioneros, incluido Creighton, que luego fueron liberados de Boston sin haber pagado rescate.