La Batalla de Simancas (también llamada Alhandega o al-Khandaq) fue un combate militar que se inició el 19 de julio de 939 en la Península Ibérica entre las tropas del rey de León Ramiro II y el califa cordobés Abd al-Rahman III cerca de las murallas de la ciudad de Simancas.
La batalla se desarrolló después de que el ejército de Abd al-Rahman III se lanzara hacia los territorios cristianos del norte en el año 934. Abd al-Rahman III había reunido un gran ejército de combatientes califales, con la ayuda del gobernador andaluz de Zaragoza, Muhammad ibn Yahya al- Tujibi. El rey leonés Ramiro II encabezó el contraataque con un ejército formado por sus propias tropas, las castellanas al mando del conde Fernán González y las navarras al mando de García Sánchez I.
Testigos árabes narran un espectacular eclipse de sol que tuvo lugar el primer día de la batalla:
Al llegar el ejército cerca de Simancas, hubo un eclipse de sol espantoso que cubrió la tierra de un amarillo oscuro en medio del día y nos llenó a nosotros y a los infieles de terror como ninguno había visto en su vida tal cosa. Pasaron dos días sin que ninguno de los bandos hiciera ningún movimiento. La batalla duró algunos días, saliendo victoriosas las tropas cristianas aliadas y derrotando a las fuerzas cordobesas. Furtun ibn Muhammad al-Tawil, wali de Huesca, retuvo a sus tropas de la batalla. Fue perseguido cerca de Calatayud por Salama ibn Ahmad ibn Salama, llevado a Córdoba y crucificado frente a su Al-Qasr.