El Tratado de Basilea del 22 de septiembre de 1499 fue un armisticio posterior a la Batalla de Dornach, que puso fin a la Guerra de Suabia, librada entre la Liga de Suabia y la Antigua Confederación Suiza. El tratado restauró el statu quo ante territorialmente. Se confirmó que ocho de los diez miembros de la Liga de las Diez Jurisdicciones estaban nominalmente sujetos a los Habsburgo, pero su membresía en la liga y su alianza con la Confederación Suiza se mantendrían.
La jurisdicción sobre Thurgau, anteriormente un préstamo imperial a la ciudad de Constanza, pasaría a la Confederación Suiza. La prohibición imperial y todos los embargos contra los cantones suizos debían suspenderse.
En la historiografía suiza del siglo XIX, el tratado se presentó como un paso importante hacia la independencia de facto de la Confederación Suiza del Sacro Imperio Romano Germánico. En palabras de Wilhelm Oechsli (1890), el tratado representaba "el reconocimiento de la independencia suiza por parte de Alemania".
Este punto de vista ha llegado a ser visto como insostenible en la literatura del siglo XX (Sigrist 1949, Mommsen 1958), ya que no hay indicios de que los líderes de la Confederación en ese momento tuvieran algún deseo de distanciarse del Imperio. Sin embargo, la Confederación se fortaleció sustancialmente como un sistema de gobierno dentro del Imperio por el tratado, y una consecuencia inmediata de esto fue la adhesión de Basilea y Schaffhausen en 1501, como parte de la expansión (1481-1513) de los Ocho Cantones de finales de la Edad Media a los tempranos trece cantones modernos.